En los pequeños abastecimientos gallegos es muy habitual el consumo de aguas sin analizar. Esta omisión es una mala práctica que supone un riesgo innecesario para la salud de los usuarios. No es suficiente, que el agua tenga buen aspecto, sabor u olor, ya que pueden existir contaminantes que no son detectables por la vista, gusto u olfato.
Como se comentaba en el epígrafe 09, el control de la calidad y el tratamiento de las aguas de los pequeños abastecimientos privados están excluidos de la legislación sectorial relativa a las aguas de consumo. Por ello, son los propietarios los que, de un modo voluntario y bajo su responsabilidad, deben proceder a la comprobación de la calidad de sus aguas y, si es necesario, poner remedio a eventuales afecciones para así tener la seguridad de poner a disposición de su familia agua salubre y limpia.
A pesar de esta exclusión, el mejor modo de obtener las garantías necesarias para un consumo responsable es la constatación mediante análisis de que el agua cumple con los criterios de calidad exigibles al agua de consumo recogidos en el Real Decreto 140/2003.
Las norma española relativa al agua de consumo (Real Decreto 140/2003) estructura los seguimientos analíticos de la calidad de las aguas en varios niveles:
a) Autocontrol (para el gestor del abastecimiento), en el que se realizan lo siguientes estudios: examen organoléptico, análisis de control y análisis completo, que incluye todos los parámetros recogidos en el Real Decreto.
b) Vigilancia sanitaria (para la autoridad sanitaria), que ha dado lugar al ya citado “Programa de vigilancia sanitaria de aguas de consumo humano de la Comunidad Autónoma de Galicia”.
c) Control en el grifo del consumidor, que consta de los siguientes parámetros:
- Olor, sabor, color, turbidez, conductividad, pH, amonio, bacterias coliformes y Escherichia coli (E. coli).
- Cobre, cromo, níquel, hierro, plomo u otro parámetro: cuando se sospeche que la instalación interior tiene este tipo de material instalado.
- Cloro libre residual y/o cloro combinado residual: cuando se utilice cloro o sus derivados para el tratamiento de potabilización del agua.
Idealmente, el propietario debería llevar a cabo un análisis completo, sin embargo el alto coste de esta prueba (entorno a los 1.000 €) hace que no sea asumible en el caso de un abastecimiento privado. Por otro lado, las presiones que actúan sobre los acuíferos en el entorno rural son casi siempre de origen doméstico o ganadero, por lo que la inclusión de determinados parámetros en el análisis no estaría justificada. Además, Augas de Galicia dispone de información acerca del estado de la masas de agua subterránea y de las principales presiones que les afectan. De este modo, previa consulta, el titular de una captación puede informarse sobre potenciales riesgos que puedan afectar a la misma y complementar la analítica con la inclusión de los parámetros que se consideren necesarios.
Por lo tanto, como caso general, siempre y cuando no se tengan sospechas de la existencia de ninguna fuente de contaminación natural o antropogénica (ver epígrafe 03) que pueda afectar a la calidad de las aguas subterráneas, se recomienda llevar a cabo un procedimiento de control basado en un examen organoléptico y un análisis básico, que se describen a continuación:
1. Examen organoléptico: existen determinados indicios de contaminación que pueden ser detectados por el propio interesado a través de la vista, gusto u olfato. A continuación se recoge una lista de referencia rápida con las principales deficiencias que pueden ser identificados y su posible causa:
Visibles (el agua debe ser prácticamente incolora, límpida y transparente)
- La presencia de manchas verdes/azules en grifos y sanitarios puede ser debida a una alta acidez (pH bajo, muy habitual en las aguas subterráneas gallegas).
- El agua turbia que al reposar se aclara puede indicar problemas en la bomba o en los filtros.
- Si el aspecto del agua es “sucio” puede indicar presencia de barro, sedimentos u óxido.
- La existencia de manchas marrones/rojas en el lavavajillas, grifos o ropa lavada es signo de hierro o manganeso en disolución.
- Los restos en forma de escamas son signo de sales de calcio o magnesio en el agua.
Sabores (el agua debe presentar un sabor agradable)
- El sabor metálico es signo de acidez o un alto contenido en hierro o manganeso.
- El sabor “químico” puede indicar presencia de productos químicos industriales o pesticidas.
- El sabor salado es signo de un alto contenido en sodio en el agua.
- El sabor a jabón puede indicar presencia de minerales alcalinos disueltos en el agua.
Olor (el agua debe ser prácticamente inodora)
- El olor a huevo podrido es indicio de la existencia de ácido sulfhídrico o de contaminación bacteriana. Si este olor únicamente se detecta en el agua caliente es probable que el problema se encuentre en el termo.
- El olor a detergente y la presencia de espuma en el agua puede indicar contaminación por infiltración de aguas desde la fosa séptica.
- El olor a gasolina o aceite indica que estos se infiltran en el acuífero debido a una fuga cercana.
- El olor a gas metano u olor terroso se debe a la existencia en el agua de materia orgánica en descomposición.
- El olor a cloro es debido a una cloración excesiva.
2. Análisis básico: este estudio se corresponde con el “control en el grifo del consumidor”, citado anteriormente, excluyendo, el olor, sabor y color (ya analizados en el examen organoléptico), los parámetros relacionados con el material de las instalaciones interiores y el cloro, en el caso de que no se utilice para el tratamiento de potabilización del agua. En la siguiente tabla se detallan los parámetros incluidos en este control y la interpretación de resultados:
(*) Algunas aguas subterráneas gallegas pueden presentar de un modo natural características que ocasionan problemas de corrosión en las instalaciones interiores. Generalmente este problema puede ser detectado por el sabor metálico del agua y por la aparición de manchas verde/azules. En cualquier caso, se recomienda que si la medida del pH es menor de 6 y en la vivienda existen tuberías metálicas de agua sanitaria se incluya el plomo y el cobre entre los parámetros a analizar.
NORMAS DE MUESTREO PARA LA REALIZACIÓN DE UN ANÁLISIS BÁSICO EN UN POZO
- Toma de muestra: si el pozo es de uso continuo, dejar correr el agua durante ½ hora. Si por el contrario es de poco uso, dejar salir agua durante un mínimo de 5 horas.
- Envases (estériles): de vidrio o plástico de 1,5 litros de capacidad.
- Rotular el envase indicando: agua de origen subterráneo, fecha y hora de toma de muestra y datos del propietario.