El aprovechamiento de aguas subterráneas mediante captaciones particulares, bien en forma individual (caso de los pozos) o bien colectiva (principalmente a través de manantiales), todavía supone el principal recurso en buena parte de los núcleos rurales.
Aunque en general, los resultados de los estudios de calidad efectuados indican que estas aguas cumplen con los parámetros exigibles para el consumo humano, también es habitual la detección de un cierto nivel de afección debido en parte a la propia ejecución y gestión de las captaciones. Resulta pues de importancia complementar la lectura de este manual con la información recogida en el: “Manual de buenas prácticas para la construcción y mantenimiento de captaciones particulares de aguas subterráneas”.